Con esa profesionalidad y crítica puntillosa, tendríamos que hacer los periodistas el «feed back» de todos los discursos que aparecen en la prensa. Gracias.
Señores y señoras aprendices de sabio, espontáneos especialistas, como esos toreros que se lanzan a la arena sin ningún tipo de prudencia; faranduleros de la palabra; abanderados de la inexactitud y la superficialidad; fans de esa pose de “yo lo sé todo y criminalizo a quien quiero…
Me dirijo a ustedes, con más respeto del que me consta lo hacen ustedes cuando toman asiento en diferentes medios (falsimedios) y los convierten en púlpito del dogma y la tendenciosidad. Una, escuchándoles en esas tertulias que son una muestra de terrorismo mediático casero, creería que escucha, al oírles, a la reencarnación de la Wikipedia, de la Encarta y, aún más, de la mismísima biblioteca de Alejandría. No tienen vergüenza, o la tienen tan escondida como su objetividad o su voluntad de ser críticos y serios, cuando se ponen frente al micro o la pluma y nos toman por imbéciles, casi analfabetos, a…
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