DES-ENTIERRO
En cuclillas escarbé la tierra
dispuesta a encontrar
algún retoño silvestre
lombrices de carnada
una que otra raíz comestible.
Pero aquel día
sólo encontré huesos
regados con sangre
y lágrimas
de ausencias prolongadas
de violencias gratuitas
de maldad añeja.
Aquel día que escarbé la tierra
supe que la muerte
no es semilla
cuando la vida
ya está podrida.
Magnífico poema. Un final tan cierto como impactante.
Saluditos!
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Siempre agradecida por tus comentarios y por dedicar algo de tu tiempo en leerme/nos. Un abrazo.
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Ante una vida podrida una semilla putrefacta. Fabuloso poema. Besos a tu corazón.
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Impresionante! Qué preciosidad y qué gran verdad.
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